El tercer encuentro entre Putin y Francisco será más que una visita cordial. Sobre la mesa hay muchos temas políticos de interés común y muy delicados.
El primero de ellos podría ser la paz en Ucrania. El Papa pedirá a Putin que ponga fin al conflicto. Curiosamente, tan solo un día después de esta reunión, Francisco se reunirá con el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk y con los obispos que la gobiernan.
Rusia es uno de los actores fundamentales en la situación de Venezuela y el Vaticano no pierde de vista la evolución de la crisis en este país. En el pasado, la Santa Sede, jugó un papel importante intentando facilitar el diálogo entre gobierno y oposición, aunque fracasó en el intento.
Oriente Medio es otra de las cuestiones de interés para ambos. Rusia no quiere perder su influencia en la zona y el Vaticano no quiere que los cristianos desaparezcan de la región a causa de la violencia. Ambos están interesados en la estabilidad de la región.
No se descarta que hablen sobre un posible viaje del Papa a Rusia pues ahora las relaciones entre Roma y el Patriarca de Moscú son más cordiales.
Sí que se puede esperar un encuentro largo. Los dos precedentes duraron 35 y 50 minutos y si se mantiene fiel a su estilo, Vladimir Putin llegará tarde. Es el único líder mundial que hace esperar incluso al Papa.