El Papa se ha reunido con sacerdotes y laicos que se ocupan de la atención espiritual de personas que pasan largas temporadas en alta mar, como marinos y pescadores. Les ha acompañado el cardenal Peter Turkson.
CARD. PETER TURKSON
Santo Padre, esta acogida es motivo de gran alegría y un honor para nosotros.
Son de la asociación “Stella Maris”, o “Apostolado del Mar”. El Papa les ha dado las gracias por su trabajo y ha mostrado que conoce las dificultades de estas personas.
FRANCISCO
La vida como marino o pescador está marcada no sólo por el aislamiento y la distancia. A veces también está herida por experiencias vergonzosas de abuso e injusticia; por las trampas de los traficantes de personas; por el chantaje del trabajo forzado. Otras veces no reciben su salario o son abandonados en puertos lejanos.
Para que puedan ayudarles mejor, les ha pedido que los visiten a menudo en los barcos, y que les dediquen tiempo en los puertos.
Además, ha concedido a todos los capellanes de los puertos, la capacidad de dar la absolución a pecados reservados a la Santa Sede, como la profanación de la Eucaristía o la violación del secreto de confesión.
FRANCISCO
Vuestras visitas diarias a los barcos os permiten conocer a la gente del mar en su realidad concreta, a veces serena, a veces inquieta, a veces angustiosa. Entonces, con compasión y discreción, dadles la oportunidad de abrir sus corazones, y esto es lo primero, muy valioso, especialmente para personas que tienen muy pocas oportunidades de hacerlo.
La organización “Apostolado del Mar” nació hace casi 100 años en Escocia, y a ella pertenecen tanto laicos como sacerdotes.