El Papa ha viajado a Nápoles para participar en un congreso sobre la enseñanza de la Teología en las universidades de la Iglesia.
A lo largo de la mañana escuchó varias conferencias sobre cómo la Teología puede contribuir a estimular el diálogo para reducir las tensiones entre los pueblos y religiones del Mediterráneo.
A última hora de la mañana intervino Francisco, sobre cómo la renovación del estudio de la Teología puede ayudar a que la sociedad sea un lugar de encuentro, acogida y convivencia entre culturas diferentes.
FRANCISCO
“Sueño con Facultades Teológicas donde se conviva entre culturas diferentes, se practique una Teología del diálogo y de la acogida, se experimente el modelo del poliedro del conocimiento teológico, en vez del de la esfera estática e desencarnada. Donde la investigación teológica sea capaz de promover un proceso de inculturación difícil pero apasionante”.
El Papa pidió mayor diálogo y la colaboración entre disciplinas teológicas, pero también con otras religiones. Por ejemplo, que los teólogos católicos estudien también el Judaismo y el Islam.
Y por supuesto, que los teólogos no sean indiferentes a las dificultades de la humanidad.
FRANCISCO
“Sin comunión y sin compasión alimentadas constantemente por la oración, -esto es importante, pues sólo se puede hacer Teología de rodillas-, la Teología no sólo pierde el alma, sino también la inteligencia y la capacidad de interpretar la realidad de manera cristiana”.
El Papa también reivindicó la libertad teológica en las universidades, “pues sin la posibilidad de experimentar nuevos caminos no se construye nada nuevo y no se deja espacio a las novedades del Espíritu Santo”.
FRANCISCO
“Entre los eruditos, adelante con libertad. Luego, en última instancia, el Magisterio dirá algo. Pero no se puede hacer Teología sin libertad. Pero al predicar al Pueblo de Dios, por favor, no dañéis la fe del pueblo de Dios con cuestiones disputadas. Las cuestiones controvertidas, sólo entre teólogos, es vuestra tarea. Paro el pueblo de Dios, la sustancia que alimenta la fe, que no la relativiza”.
Antes de marcharse, el Papa les dio la bendición. El cardenal de Nápoles le despidió en nombre de todos con un saludo en el dialecto de la ciudad.
CARD. CRESCENZIO SEPE
“Santo Padre, gracias, y que la Virgen le acompañe”.
La tercera visita de Francisco a Nápoles fue de pocas horas y sólo para el congreso. De hecho, el Papa regresó inmediatamente a Roma.