Cuando Benedicto XVI inauguró el Año Sacerdotal, dijo que serían 365 días para recordar que la Iglesia y el resto de la sociedad necesita de los sacerdotes.
BENEDICTO XVI
19 de junio, 2009
“La nuestra es una misión indispensable para la Iglesia y para el mundo, que exige la plena fidelidad a Cristo y la unión incesante con Él; es decir, exige que nos esforcemos constantemente por la santidad, como lo hizo san Juan María Vianney”.
Eran años difíciles en el Vaticano. Precisamente durante esos meses salieron a la luz varias denuncias contra sacerdotes que habían abusado de menores.
Y parece que ya durante la ceremonia de apertura Benedicto XVI intuía lo que estaba a punto de ocurrir.
BENEDICTO XVI
19 de junio, 2009
“Nada hace sufrir tanto a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, como los pecados de sus pastores, especialmente los que se convierten en 'ladrones de ovejas', o porque los desvían con sus doctrinas particulares, o porque se aferran a ellas con lazos de pecado y muerte.”
La idea de Benedicto era animar a los sacerdotes y pedirles que reflexionaran sobre sus vidas y su modo de ayudar a las personas.
Pocos días antes de inaugurar este año, el Papa había enviado una carta a todos los sacerdotes del mundo en la que les animaba contemplar la vida del santo Cura de Ars para afrontar mejor los retos de su tarea sacerdotal.
CARD. CLAUDIO HUMMES
“Con este año queremos hacer justicia a la verdad: la inmensa mayoría de los sacerdotes son hombres muy dignos, que dan su vida por la Iglesia, por los hombres y sobre todo por los pobres. Y por eso, la Iglesia está orgullosa de ellos. Es una desgracia desastrosa que un pequeño grupo haya seguido un camino de delitos civiles y canónicos, y la Iglesia no cierra los ojos, no lo ignora”.
El Año Sacerdotal se clausuró un año después con el Encuentro Internacional de Sacerdotes en San Pedro, en el mismo lugar en el que se había iniciado.
Durante la Misa de clausura, Benedicto XVI pidió perdón 'insistentemente' a Dios y a las víctimas de abusos cometidos por sacerdotes y prometió que la Iglesia haría todo lo posible para que 'no volviera a suceder jamás'.
BENEDICTO XVI
11 de junio, 2010
“Queremos prometer que haremos todo lo posible para que este tipo de abusos no se repitan nunca más”.
Los sacerdotes renovaron sus promesas sacerdotales durante la celebración. La idea, explicó el Papa, no era 'glorificar los logros' de los sacerdotes, sino sentirse agradecidos por este don de Dios.