El Vaticano quiere comprobar con este encuentro que el Sínodo de los jóvenes está dando los frutos esperados. El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha reunido a más de 250 jóvenes de 109 países en un evento de cuatro días que tendrá lugar en Roma.
P. ALEXANDRE AWI MELLO
Secretario, Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida
“El Sínodo sobre los jóvenes está en fase de aplicación, como se ha dicho. Aunque tenemos que hacer mucho más, los obispos, las conferencias episcopales y luego los jóvenes, como protagonistas. Este forum quiere que nos ayudemos a hacer este camino, a continuar este camino”.
P. JOAO CHAGAS
Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida
“El cardenal Farrell, prefecto del Dicasterio, envió una invitación a las conferencias episcopales de todo el mundo. Cada conferencia episcopal podría enviar a dos jóvenes. El criterio era la edad y que fueran capaces de transmitir esta experiencia a otros de su edad”.
Una de las claves del encuentro es compartir puntos de vista sobre cómo se están viviendo las conclusiones del Sínodo en cada país. Además, intercambiarán impresiones sobre la carta del Papa sobre los jóvenes, 'Christus Vivit'.
MICHELE BORGHI
Delegado de Comunión y Liberación (Italia)
“Me parece normal que aún no haya resultados tangibles. Lo que he visto, sin embargo, es la voluntad y el deseo de iniciar un camino. Tal vez esto no se vea externamente, pero está ahí”.
ISABELLA MCCAFFERTY
Representante de los jóvenes de Nueva Zelanda
“El hecho de que haya otros encuentros antes y después del Sínodo, como joven, me dice que la Iglesia quiere escuchar lo que tenemos que decir y quiere que tengamos nuestro propio papel.
Realmente he experimentado eso. Poder pensar a escala nacional en Nueva Zelanda, pero también poder mantener esas conversaciones con jóvenes de todo el mundo, es una oportunidad que la Iglesia universal nos ha dado aquí en Roma”.
El encuentro concluirá el sábado con una reunión con el Papa Francisco. Gracias a esta iniciativa los jóvenes podrán seguir viviendo el espíritu del Sínodo nueve meses después de su conclusión.
