El Papa se reunió con los nuncios y representantes pontificios que ha convocado a Roma para actualizarse y reflexionar sobre algunas cuestiones importantes para la Iglesia.
En total eran 98 nuncios, 5 representantes permanentes de la Santa Sede en organismos internacionales y 46 nuncios ya jubilados.
A todos ellos Francisco entregó una serie de recomendaciones para que desarrollen mejor su misión.
Les pide que “vivan para las cosas de Dios y no para las cosas del mundo”. Por eso, les invita a no caer en “el chismorreo y la calumnia” porque “el nuncio que se olvida de ser un hombre de Dios hace daño a la Iglesia”.
Y les dirige una fuerte advertencia: “Es irreconciliable ser representante pontificio y criticar al Papa a sus espaldas, tener un blog o unirse a grupos hostiles a él, a la Curia y a la Iglesia de Roma”.
Francisco también lamenta que algunos caigan en la tentación de tratar mal a sus colaboradores “como si fueran un mal jefe en lugar de un padre y pastor”. Y critica la actitud de aquellos nuncios que buscan vivir rodeados de lujos, a veces incluso cuando son destinados a zonas pobres. Dice que eso es un contra-testimonio.
Les dice que han de ser hombres de comunión y diálogo, imparciales y objetivos. Les recuerda que las puertas de la nunciatura han de estar abiertas para las personas porque de lo contrario “traicionarían su misión y se convertirían en un obstáculo”.
Por último les invita a ser caritativos y les pide que rechacen los regalos costosos que les ofrezcan y los destinen a la caridad.
Esta es la tercera vez que Francisco convoca a Roma a todos los nuncios. Hizo por primera vez esta reunión en 2013 y después en 2016.