En el mundo hay más de 150 millones de niñas y niños explotados laboralmente. Se trata de 1 de cada 10. De ellos, la mitad ejercen alguna de las peores formas de trabajo infantil, como la esclavitud, la trata, o el reclutamiento para conflictos armados.
El Papa lo ha recordado con este tuit en el que dice que los adultos no tienen derecho a robar a los niños la capacidad de soñar.
Francisco ha denunciado en numerosas ocasiones este drama mundial que afecta a niños de todos los continentes.
FRANCISCO
“Decenas de millones de niños, escuchad bien, decenas de millones de niños, se ven obligados a trabajar en condiciones degradantes, expuestos a formas de esclavitud y explotación, a los abusos, al maltrato y la discriminación”.
Unicef advierte que los niños forzados a trabajar no pueden hacer lo que deberían: ni ir a la escuela, ni jugar ni relacionarse con otros niños.
Es el caso de Abdulaziz, un refugiado de 13 años que ha tenido que salir de su país tres veces. Ahora se ve forzado a trabajar en una fabrica en Homs, Siria central, para que su familia pueda comer.
Aunque los datos actuales son terribles, el lado positivo es que estos números se están reduciendo con el paso de los años.
En el año 2000 había 250 millones de niños que trabajaban. Hoy hay 150 millones.