Antes de despedirse de Rumanía, el Papa Francisco quiso reunirse en Blaj con una representación de la comunidad gitana del país. El encuentro se produjo en esta parroquia de un popular barrio de la ciudad donde Francisco fue recibido con gran entusiasmo.
Allí escuchó el testimonio de un sacerdote greco-católico de etnia gitana. Respondiendo a este sacerdote, el padre Ioan, el Papa recordó algo muy esencial: que en la Iglesia hay sitio para todos.
FRANCISCO
“En la Iglesia de Cristo hay un lugar para todos. Si no fuera así no sería la Iglesia de Cristo. La Iglesia es lugar de encuentro y tenemos necesidad de recordarlo no como un bello eslógan, sino como parte del carnet de identidad de nuestro ser cristianos”.
Francisco lamentó la discriminación que ha sufrido históricamente el pueblo gitano. También de parte de la Iglesia. Por eso, hizo esta petición de perdón.
FRANCISCO
“Quisiera pedir perdón por esto. Pido perdón en nombre de la Iglesia al Señor y a vosotros, por todo lo que a lo largo de la Historia, os hemos discriminado, maltratado o mirado de forma equivocada, con la mirada de Caín y no con la de Abel, y no fuimos capaces de reconoceros, valoraros y defenderos en vuestra singularidad”.
El Papa explicó que cada día se presenta una encrucijada, elegir entre Caín o Abel, es decir, elegir entre la venganza o la reconciliación. Pero Francisco invitó a no dejarse llevar por el rencor.
FRANCISCO
“Porque ningún mal resuelve otro mal, ninguna venganza arregla una injusticia, ningún resentimiento es bueno para el corazón, ninguna clausura acerca”.
El breve pero intenso encuentro terminó con el rezo del Padrenuestro, la bendición y este...
“¡Hasta pronto!”
...De parte del Papa Francisco.
