El avión del Papa ha aterrizado en el aeropuerto de Bucarest 10 minutos antes de la hora prevista. Allí le esperaba un mar de banderas de Rumanía que cientos de peregrinos ondeaban.
“Viva il Papa”.
Nada más salir del avión, el Papa se ha resbalado un poco, pero ha sido sólo un susto.
Al pie de la escalerilla le esperaban el presidente Klaus Iohannis, acompañado por su mujer Carmen Lăzurcă.
“Gracias por la acogida”.
“Nos ha honrado y hecho felices. Es una bendición para nuestro país”.
También le recibió un representante de la Iglesia ortodoxa rumana. El Papa lo saludó con especial atención y besó su medalla.
Luego Francisco saludó también a los obispos católicos del país. Y un niño enfermo fue el primer ciudadano con quien se detuvo el Papa antes de comenzar este viaje de tres días.
La visita del Papa ha despertado mucha curiosidad en el país. Se veía en la carretera cómo la gente salía de sus coches para ver de cerca a Francisco.