Diariamente en América cientos de caravanas de migrantes cruzan las fronteras para huír a otros países. Mientras que Colombia ha acogido a muchos venezolanos, a México llegan ciudadanos de Honduras, Guatemala y El Salvador.
La mayoría no tiene acceso a Estados Unidos y ha decidido quedarse en México. La Iglesia católica ha dado un paso adelante para ayudarles.
Ignacio Martínez es de la diócesis de Toluca, en México. Desde diciembre de 2018 colabora con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida en Roma. Dice que muchas personas acuden a su diócesis en su largo camino hacia una vida mejor.
P. IGNACIO MARTINEZ
Dicasterio para Laicos, Familia y Vida
“La intención siempre es a favor de la propia vida, a favor de una mejor condición de vida, a favor de las familias. Siempre hemos sido un país que ha migrado a los EEUU. Y muchos recursos que llegan a México es gracias a los migrantes que sostienen a sus familias y recibimos este recurso” .
Algo que ha observado de los migrantes es su esperanza de conseguir llegar algún día a Estados Unidos.
P. IGNACIO MARTINEZ
Dicasterio para Laicos, Familia y Vida
“La esperanza que ellos tienen y no retiran su mirada, su objetivo es llegar a Estados Unidos. Han mencionado los obispos en este comunicado reciente sobre el donativo del Papa y la situación de las caravanas como emergencia humanitaria en México. Han mencionado que unos migrantes no pueden llegar a EEUU, se quedan un tiempo en Mexico, pero no pierden la esperanza de llegar un dia a EEUU”.
Sin embargo, para aquellos emigrantes que no podrán conseguirlo, el Papa ha donado 500.000 dólares de modo que puedan ser atendidos. El dinero se destinará a 27 proyectos en 16 diócesis católicas de México para cubrir necesidades básicas, comida y refugio.
El padre Ignacio explica lo difícil que es entender lo que han sufrido estas personas para quienes ven la situación desde fuera.
P. IGNACIO MARTINEZ
Dicasterio para Laicos, Familia y Vida
“Me imagino que ellos prueban o experimentan mucha frustración, mucha frustración... Y entonces la compasión, la compasión que puedan ser acogidos en estos albergues. Personas de fe, personas con compasión que tratan de aliviar sus frustración, su soledad en lugares en donde puedan hablar, donde puedan descansar, donde puedan sentirse humanos, sentirse personas. Que alguien se preocupe por ellos”.
Aquí es donde entran la Iglesia católica y Cáritas para ayudar en todo lo posible a aquellos que están sufriendo y han perdido todo, para que puedan salir adelante y tener un futuro mejor.