El Vaticano ha dedicado la zona de trabajo de los periodistas dentro de la oficina de prensa a Joaquín Navarro-Valls, quien a lo largo de 22 años fue el portavoz de Juan Pablo II y de Benedicto XVI.
Justo en ese lugar acogió la presentación del libro “El Portavoz”, en el que 20 personalidades recuerdan impactantes episodios de su vida.
ALESSANDRO GISSOTI
Portavoz del Vaticano
“Con este evento, a través de la figura de Joaquín Navarro-Valls, queremos decir que la comunicación cuenta en la Iglesia y en la Santa Sede y que debe contar cada vez más”.
Participaron varios testigos del trabajo del entonces portavoz del Vaticano y no faltaron los recuerdos de aquellos años. Por ejemplo, su hermano, que ha recogido los 20 testimonios, recordó un curioso diálogo personal con Juan Pablo II y su secretario Stanislaw Dziwisz.
RAFAEL NAVARRO-VALLS
Coordinador “El Portavoz”
“Dijo: 'Vamos a hacer una prueba, Santidad. Que Joaquín se vaya a enseñar Derecho a la Universidad de Madrid, y que su hermano Rafael sea el portavoz'. Yo me asusté y dije: 'No, Santidad, que este es un lugar peligroso donde puede pasar de todo'. Y todos saben que en 22 años y con dos papas a Joaquín aquí le pasó de todo”.
VALENTINA ALAZRAKI
Corresponsal de Televisa (México)
“Su gran intuición, y creo que se lo dijo ya en su primer encuentro a Juan Pablo II, es que era esencial que el portavoz tuviera contacto directo con el Papa, con el jefe, porque sólo así se podía informar correctamente, deprisa, sin filtros, sin tener que dar demasiados pasos, ni retrasos”.
P. FEDERICO LOMBARDI
Ex Portavoz del Vaticano
“Lo he considerado siempre un hombre de fe. Lo vi durante los viajes, que eran momentos de mucho trabajo al servicio del Papa”.
“Recuerdo que nos levantábamos muy temprano, de noche, para rezar con calma. Era una oración somnolienta pero sincera. Estaba Joaquín y había otros del grupo de maestros de ceremonias”.
“Yo admiraba su religiosidad sincera, su espiritualidad. Sacaba el libro 'Camino', de Escrivá, y meditaba”.
P. CIRO BENEDITTINI
Ex Viceportavoz del Vaticano
“Era duro, con él había que trabajar. Pero tenía la capacidad de hacernos sentir importantes, y por eso, trabajábamos con entusiasmo. Nos hizo comprender que trabajábamos por una causa superior y nos sentimos importantes”.
A lo largo del libro, los recuerdos delinean el perfil de un gran comunicador, que vivió el periodismo y la comunicación como servicio a los Papas y a la sociedad, tanto en los momentos fáciles como en los difíciles. Su nombre está ligado a la figura del portavoz, y ahora también a la sala de prensa.