El Papa Francisco viaja del viernes al domingo a Rumanía, siguiendo las huellas de Juan Pablo II que estuvo allí en 1999. Entonces fue la primera vez que un Papa visitaba un país de mayoría ortodoxa.
“Voy a Rumanía, país hermoso y acogedor, como peregrino y hermano”.
Con este videomensaje Francisco saluda a todos los rumanos a pocas horas de comenzar el que será su viaje internacional número 30.
El viernes 31 llegará a Bucarest donde se reunirá con las autoridades civiles del país. Después se encontrará con el patriarca ortodoxo de Rumanía, Daniel, y con el Sínodo Permanente de la Iglesia rumana. Un momento importante pues las relaciones son un poco frías.
Visitará también la nueva catedral ortodoxa, un impresionante edificio para cuya construcción Juan Pablo II donó cerca de 200.000 dólares. Allí rezará junto al patriarca. La jornada concluirá con una misa en la catedral católica a la que podrían asistir más de 30.000 personas.
El sábado, Francisco visitará un santuario mariano muy importante para rumanos y húngaros, Nuestra Señora de Csíksomlyó.
Para el cardenal Pietro Parolin, que acompañará al Papa en este viaje, ese momento se convertirá en una ocasión para superar las divisiones.
CARD. PIETRO PAROLIN
Secretario de Estado Vaticano
“Su presencia en este santuario mariano será un mensaje para todos para superar las divisiones. También las divisones históricas y para encontrar aquello que nos une, sobre todo, desde el punto de vista de la fe que nos une”.
Después en la localidad de Iasi, en el norte, Francisco se reunirá con familias y jóvenes. En el encuentro podrían participar más de 100.000 personas.
Rumanía es un país especialmente marcado por la persecución religiosa del régimen comunista. Por eso, uno de los momentos más conmovedores será la beatificación de siete mártires. La ceremonia será el domingo en Blaj, en el centro de Rumanía.
“Entre vosostros hay muchos mártires, incluso en tiempos recientes, como los siete obispos greco-católicos que tendré la alegría de proclamar beatos. Aquello por lo que han sufrido hasta ofrecer la vida es una herencia demasiado preciosa para que sea olvidada. Es una herencia común que nos llama a no tomar distancia del hermano con la que la compartimos”.
Antes de despedirse del país, el Papa se reunirá con algunas personas de etnia gitana. Francisco abandonará Rumanía el domingo 2 de junio sobre las 5 de la tarde.