A pesar de la lluvia romana, miles de peregrinos fueron a la plaza de San Pedro para rezar el Regina Coeli con el Papa. Esta semana Francisco reflexionó sobre el episodio del Evangelio en el que Jesús promete a los apóstoles que enviará el Espíritu Santo.
El Papa dijo que el Espíritu Santo no añade nada nuevo a la Revelación Divina, pero que recuerda a cada persona las enseñanzas de Cristo y le anima a ponerlas en práctica.
FRANCISCO
“La tarea del Espíritu Santo es hacer que la gente recuerde, o sea, que comprendan plenamente y que se animen a poner en práctica concretamente las enseñanzas de Jesús. Esta es también la misión de la Iglesia, que lleva a cabo a través de un determinado estilo de vida”.
El Papa añadió que para cumplir su misión, la Iglesia no puede quedarse parada y que hace la falta la plena participación de cada bautizado.
FRANCISCO
“Se trata de liberarnos de las ataduras mundanas, como son nuestros puntos de vista, nuestras estrategias, nuestros objetivos, que a menudo hacen pesado el camino de la fe, y ponernos a la escucha dócil de la Palabra del Señor. Es el Espíritu de Dios quien nos guía y guía a la Iglesia, para que en ella brille el auténtico rostro, bello y luminoso, que quiso Cristo”.
Como la Iglesia dedica el mes de mayo a la devoción a la Virgen María, el Papa invitó a los cristianos a encomendarle que cuide de la Iglesia y de la humanidad. Dijo que la Madre de Jesús cooperó a la encarnación del Hijo de Dios, con una fe humilde y valiente.