Las cifras de 2018 indican una notable disminución de actividades económicas sospechosas en el banco del Vaticano, el IOR y en las demás instituciones de la Santa Sede.
Si en 2015 se detectaron posibles irregularidades en 544 movimientos financieros, el año pasado fueron solo 56. La colaboración con entidades extranjeras ha aumentado y se han actualizado los protocolos exigidos por los sistemas de transparencia bancaria internacional.
Las únicas medidas preventivas tomadas por la autoridad de supervisión financiera vaticana han sido estas: bloquear de modo preventivo durante 5 días dos cuentas e impedir tres transacciones.
RENÉ BRÜLHART
Presidente, Autoridad de Información Financiera
“Creo que es muy positivo lo que se ha hecho pero nunca, nunca se podrá decir que la misión ha terminado. Creo que lo importante es que se han instaurado instrumentos y medidas que permiten afrontar este tipo de desafíos”.
TOMMASO DI RUZZA
Director, Autoridad de Información Financiera
“Quizás tenemos menos preocupaciones que otras autoridades homólogas pero esto no significa que no sea necesario mantener medidas preventivas o o ciertas estrategias políticas”.
Con estos datos la Santa Sede pretende demostrar que cumple los compromisos adquiridos internacionalmente en la lucha contra el reciclaje.
Benedicto XVI en 2009 fue quien tomó la iniciativa. Quiso que la Santa Sede se sumara a los protocolos de transparencia internacional. Con Francisco el objetivo es consolidar el sistema financiero vaticano como uno de los más ejemplares del mundo.