Comienza la cuenta atrás para el centenario de Juan Pablo II, que Polonia quiere celebrar por todo lo alto.
La historia comenzó hace 99 años en este lugar, Wadowice. Aquí nació Karol Wojtyla.
No tuvo una vida fácil. A los 19 años tuvo que trabajar en una cantera, picando piedra, y luego, para evitar la deportación a Alemania, en una fábrica de productos químicos.
A los 22, entró en el seminario clandestino del obispo de Cracovia para prepararse en secreto.
JUAN PABLO II
“Esta experiencia de obrero y a la vez seminarista clandestino me ha acompañado toda la vida. En la fábrica, para hacer mi turno de ocho horas, de día o de noche, llevaba conmigo algunos libros. Mis colegas obreros se extrañaron un poco, pero no se escandalizaron”.
Pío XII lo nombró obispo en 1958, y en 1967, Pablo VI lo hizo cardenal. En 1978, tras dos jornadas de cónclave, fue elegido sucesor de Pedro. Decidió llamarse Juan Pablo II.
Su pontificado duró 26 años y 5 meses, el tercero más largo después del de Pío IX y el de San Pedro.
Sus primeras palabras, “No tengáis miedo” alzaron una corriente de entusiasmo que culminó con la caída del Comunismo totalitario en el Este de Europa.
Se convirtió en el Huracán Wojtyla. Visitó 129 países en 104 viajes y en cada lugar tocó el corazón de millones de personas.
Fue un innovador en el diálogo con las religiones: el primer papa moderno que visitó una sinagoga, el primero que entró en una iglesia protestante o el primero que estuvo en una mezquita.
Con motivo del aniversario, se están preparando publicaciones, congresos e iniciativas. Los obispos polacos piden creatividad para recordar la riqueza del mensaje del primer Papa polaco de la historia.
