El Papa viajará a Rumanía desde el 31 de mayo al 2 de junio para impulsar las relaciones con los ortodoxos y reunirse con católicos de diferentes tradiciones.
La situación es muy diferente de la que en 1999 se encontró Juan Pablo II. Cuando viajó a este país, el entonces patriarca Teoctist lo acompañó en varias ceremonias, y ortodoxos y católicos los saludaban por las calles pidiendo la unidad.
FRANCISC DOBOȘ
Portavoz, Archidiócesis católica latina de Bucarest
“Ahora encontrará una Rumania muy diferente a la de hace veinte años”.
Ahora las relaciones del Vaticano con Daniel, el nuevo patriarca, son frías. A pesar de todo, se reunirá con Francisco, y el Papa hablará ante las principales autoridades de esta Iglesia ortodoxa.
FRANCISC DOBOȘ
Portavoz, Archidiócesis católica latina de Bucarest
“La sensibilidad católica es esa, la de querer dar juntos testimonio de la fe. Se trata de que nuestra identidad católica, latina, oriental, griega o incluso ortodoxa, no crezca a costa de los demás o contra los demás”.
La gran novedad del viaje es que el Papa visitará cuatro ciudades para reunirse con peregrinos de todas las tradiciones católicas que hay en Rumanía.
FRANCISC DOBOȘ
Portavoz, Archidiócesis católica latina de Bucarest
“Católicos latinos de lengua rumana; católicos latinos de lengua húngara en su zona, en Transilvania, en el santuario mariano de Sumuleu Ciuc; y también católicos de la Iglesia grecocatólica martirizada durante el comunismo, que los comunistas intentaron borrar, a la que visitará en Blaj”.
El último día en Blaj el Papa beatificará a 7 obispos greco católicos mártires, perseguidos durante la represión soviética, que se negaron a romper con Roma o a que se aboliera el culto católico en Rumanía. Fueron amenazados, arrestados y asesinados entre 1950 y 1970.
El lema del viaje de Francisco es “Caminamos juntos”. Una propuesta a los ortodoxos del país, pero también a los católicos rumanos que siguen tradiciones tan diferentes.