Konrad Krajweski es el Limosnero Pontificio. Se encarga de ayudar a los pobres en nombre del Papa.
Su último gesto ha sido devolver irregularmente la corriente eléctrica a más de 400 personas sin recursos y esto le puede costar ir a juicio o, al menos, pagar una fuerte multa.
Estas personas vivían ilegalmente, ocupando un edificio y sin pagar las facturas. Cuando el importe de la luz superó los 300.000€ de deuda la compañía eléctrica decidió cortar el suministro. Después de 6 días a oscuras pidieron ayuda al cardenal y como en ese edificio vivían casi un centenar de niños y enfermos, decidió romper el precinto para devolver el abastecimiento.
Su gesto ha levantado aplausos y críticas. Algunos, como el ministro del Interior, piden que pague la factura porque las leyes están para cumplirse. Otros, en cambio, lo defienden porque preguntan si es justo que haya familias que no puedan acceder a recursos básicos.
El caso no parece que será fácil de resolver porque representa el choque de dos lógicas, aunque el cardenal ya anunció que pagará las facturas de hoy en adelante y que está dispuesto a cargar con todas las consecuencias legales de sus actos. Justifica su decisión diciendo que no podía soportar ver a los menores en esas terribles condiciones de vida.
El Vaticano ha expresado su parecer por lo sucedido a través de su secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin. En un acto en Milán explicó que lo que hizo Krajweski es poner ante los ojos de todos un problema real que afecta a personas vulnerables para que todos se involucren y busquen juntos soluciones.