Son las 276 niñas y jóvenes secuestradas en la escuela cristiana de Chibok en Nigeria por Boko Haram en el año 2014. Han pasado 5 años y el mundo ya se ha olvidado de ellas. Algunas han regresado con sus familias pero 112 siguen en paradero desconocido. Mientras que el gobierno de Nigeria sostiene que Boko Haram ha sido “técnicamente derrotado”, la realidad, por desgracia, es otra.
P. JOSEPH FIDELIS
Sacerdote de la diócesis de Maiduguri, Nigeria
“Siguen persiguiendo a la gente, asesinando y secuestrando a mujeres. Siguen haciendo cosas horribles, especialmente a los cristianos. No diría que la situación ha mejorado mucho. Más bien, y no quiero ser pesimista, la situación ha empeorado”.
Así lo explica el padre Joseph Fidelis, sacerdote nigeriano de la diócesis de Maiduguri, precisamente el lugar donde en 2002 se fundó este grupo terrorista. Él mismo acogió en su parroquia de Nigeria a decenas de personas que huían de Boko Haram y de sus matanzas.
P. JOSEPH FIDELIS
Sacerdote de la diócesis de Maiduguri, Nigeria
“Estas personas necesitan apoyo humano. Apoyo concreto en cuanto a comida y bienes materiales pero, sobre todo, necesitan volver a sus casas y retomar su vida normal junto a sus familias”.
Sin embargo, la normalidad es algo que aún parece lejano para los cristianos de Nigeria. Junto a Boko Haram hay otro grupo que los tiene en su punto de mira. Son la tribu de los Fulani, en su mayoría musulmanes, que también desean establecer un califato pero que además quieren conquistar sus tierras para pastorear sus animales.
P. JOSEPH FIDELIS
Sacerdote de la diócesis de Maiduguri, Nigeria
“Cuando llegan destruyen los pueblos, queman la casas y matan a la gente para que sus animales puedan pastar en sus prados. ¿Qué es eso sino persecución? Sabemos que el 99 por ciento de los Fulani son musulmanes. Hacen cosas sobre las que el gobierno guarda silencio. El gobierno o no dice nada o, si hay una respuesta, es muy lenta. Pero mientras la gente está siendo masacrada. Cientos de personas han sido asesinadas”.
Algunos informes aseguran que los Fulani asesinaron en 2018 a más cristianos incluso que Boko Haram. El padre Joseph explica que, sin embargo, aun estando en peligro de muerte, los cristianos se sienten cada vez más seguros de su fe.
P. JOSEPH FIDELIS
Sacerdote de la diócesis de Maiduguri, Nigeria
“Hemos encontrado el sentido de estar unidos, de permanecer juntos en medio del sufrimiento. Eso nos ha mantenido juntos y se ha convertido en nuestra guía en cualquier circunstancia. No importa lo que pase, nunca abandonaremos nuestra fe. Seguiremos siendo cristianos y si significa morir, estamos listos. No hablo de un martirio barato. Si hemos de morir por nuestra fe, lo haremos”.
Mientras tanto el intento por crear un califato en África no cesa, especialmente a partir de Nigeria, el país más grande y poblado de África. Los yihadistas saben que si cae Nigeria supondrá la islamización de prácticamente todo el continente africano.