Han pasado poco más de 12 horas desde su regreso a Roma desde Macedonia del Norte pero eso no ha impedido que el Papa esté ya trabajando.
Poco después de las nueve de la mañana, hizo su aparición con el papamóvil en la plaza de San Pedro donde no se olvidó de saludar a todos los peregrinos, en especial, a los más pequeños.
Como suele hacer cada vez que vuelve de un viaje apostólico, Francisco dedicó su audiencia a recordar su visita a Bulgaria y a Macedonia del Norte. En Bulgaria visitó la capilla de los santos Cirilo y Metodio, dos grandes evangelizadores.
FRANCISCO
“También hoy necesitamos evangelizadores apasionados y creativos, para que el Evangelio llegue a cuantos todavía no lo conocen y para que pueda regar de nuevo las tierras donde las antiguas raíces cristianas se han secado”.
En Macedonia del Norte, uno de los momentos más especiales para el Papa fue su visita a Skopje, lugar de nacimiento de Madre Teresa de Calcuta. Allí quedó impresionado por la ternura que las Misioneras de la Caridad prestan hacia los más necesitados.
FRANCISCO
“Lo hacen con ternura. Muchas veces nosotros, los cristianos perdemos esta dimensión de la ternura. Y cuando no hay ternura nos hacemos demasiado serios, ácidos. Estas hermanas son dulces en la ternura y hacen caridad, pero una caridad como debe ser, sin disfrazarla. Cuando se hace la caridad sin ternura y sin amor es como si a las obras de caridad les echamos un vaso de vinagre”.
Francisco también destacó la capacidad de acogida de Macedonia del Norte que ha recibido a cientos de refugiados de Oriente Medio.
Y antes de concluir la audiencia general, dedicó unas palabras a Jean Vanier, recientemente fallecido. Vanier fundó las comunidades El Arca, presentes en más de 30 países, y que se ocupan de cuidar a personas con discapacidad intelectual.