En su tercer y último día de viaje, el Papa Francisco visitó el Memorial dedicado a Madre Teresa de Calcuta, en su ciudad natal, Skopje, en Macedonia del Norte.
Allí lo recibieron dos hermanas y una niña, que lo colmaron de regalos florales.
El Papa rezó ante las reliquias de Madre Teresa y ante cinco velas que representaban las cinco confesiones religiosas del país.
Después, pronunció una oración dirigida a la santa.
FRANCISCO
“Te pedimos a ti, Santa Madre Teresa, madre de los pobres, tu particular intercesión y tu ayuda aquí, en la ciudad en la que naciste, donde estaba tu casa”.
Acto seguido, saludó a los líderes religiosos y a dos primos de Madre Teresa.
Fuera, escuchó los testimonios de la superiora de la comunidad y una madre soltera que acudió a las misioneras cuando se planteaba tener a su hija o no.
“Muchas veces me pregunto: 'Si no hubiesen estado a nuestro lado las hermanas, ¿qué habría sido de nuestras vidas, la mía y la de mi hija? Gracias Santo Padre, por haber venido con nosotros”.
“Querido Santo Padre, le agradecemos que haya venido. Estamos aquí en Skopje, un lugar muy querido por todos nosotros, porque aquí nació una gran santa, Madre Teresa. Nos encontramos entre los más pobres y como decía Santa Madre Teresa de Calcuta:“Los pobres son grandes personas”.
Estas niñas le dieron esta imagen del Papa junto a a Madre Teresa.
El Papa bendijo la primera piedra del santuario en honor a la santa. Regaló a la superiora de la comunidad este retrato realizado en cerámica de la Virgen con Jesús en brazos como símbolo de “el camino de salvación”.
Antes de marcharse para presidir la misa, Francisco se tomó su tiempo para poder saludar de cerca a más de cien pobres que asisten las Misioneras de la caridad, siguiendo el ejemplo de Madre Teresa.