“Yo me he curado. Yo desde que vengo aquí soy otra persona. Yo siento que tengo el alma curada. Tengo fe”.
La atmósfera que se respira en un lugar como Lourdes es difícil de describir. Se siente dolor y sufrimiento pero también se percibe el poder curador de la cercanía y la ternura.
Esto es lo que muestra el documental “Hospitalarios. Las manos de la Virgen”. Hace ver el día a día de los enfermos, de sus familias y de los voluntarios que los acompañan en su peregrinación a este remoto lugar del pirineo francés.
JESÚS GARCÍA-COLOMER
Director “Hospitalarios”
“Lourdes no es un lugar al que se vaya de vacaciones, por así decirlo. Hay muchos destinos más apetecibles. Pero la realidad de la enfermedad y cómo estas personas van allí en un viaje complicado y difícil, te hace ver y te hace palpar una experiencia tangible de la fe”.
“Pues yo he tardado 36 años en venir pero tengo una hermana que es muy insistente y me ha convencido. He venido por ella”
“El primer encuentro con Lourdes creo que es una bofetada, es un impacto tan grande que te hace mirarte en un momento y encontrarte muy pequeño”.
El documental muestra dos cosas: por un lado cómo los enfermos superan la humillación de necesitar constantemente ayuda. Por otro lado cómo el contacto con el sufrimiento cambia a familias y voluntarios.
JESÚS GARCÍA-COLOMER
Director “Hospitalarios”
“Yo siempre digo que, al menos una vez en la vida vayas a Lourdes con enfermos porque te enseña mucho, no sobre Lourdes que también, sino sobre ti mismo, sobre tus propios límites” Lourdes se conoce realmente, se 'descifra', se vive yendo con enfermos”.
“Es espectacular el ejercicio de humildad, de entrega y de amor que hay en dejar que la gente te ayude. Es espectacular. No nos damos cuenta”.
“Se te plantean muchas dudas. Aquí hay gente que sufre mucho”.
“Estuve enfadado y a veces me enfado porque a Dios no lo entiendo”.
Cada año unas 2 millones de personas pasan por esta pequeña localidad francesa porque se dice que hay curaciones milagrosas.
Sin embargo, lo que muestra este documental, es que los verdaderos milagros se producen dentro, en el corazón de las personas.
