Tras la visita papal de septiembre de 2018, Estonia podría tener ahora su primer santo. Se trata de su primer arzobispo, el jesuita Eduard Profittlich, que se hizo cargo de la diócesis de Tallin en 1936.
Tras su muerte en 1942, la Iglesia católica de Estonia pasó 65 años sin obispo. El actual Administrador Apostólico, Philippe Jourdan, es el segundo de su historia.
Explica que Eduard Profittlich fue muy importante para los católicos durante la ocupación soviética. Fue arrestado y deportado a Siberia, donde estaba condenado a una muerte segura.
MONS. PHILIPPE JOURDAN
Administrador Apostólico de Estonia
“La Iglesia está reconociendo la trágica historia de aquellos años del pueblo estonio. El 20 por ciento de la población fue deportada a Siberia, y muchos murieron en el mismo lugar donde murió el arzobispo Profittlich”.
Philippe Jourdan explica que cuando Eduard Profittlich fue nombrado obispo, en cada iglesia iban a misa unas 60 personas, y sólo dos hacían la comunión. Tuvo un trabajo difícil y dio su vida por él.
MONS. PHILIPPE JOURDAN
Administrador Apostólico de Estonia
“Murió en las cárceles soviéticas, dio su vida por la fe. Cuando preguntó al Papa si debía escapar o quedarse en el país, éste le respondió: 'Haz lo que consideres mejor para tu pueblo'. Así que decidió quedarse. Fue condenado a muerte y murió, probablemente murió congelado de frío, unas semanas antes de su ejecución”.
La portavoz de la Iglesia católica de Estonia lleva dos años recopilando material y testimonios sobre el obispo mártir. También ella viajó a Roma para entregar este material a la Congregación para las Causas de los Santos, que ahora lo analizará.
MARGE-MARIE PAAS
Portavoz, Iglesia católica de Estonia
“Entregué todos los materiales a la congregación. Ahora ellos estudiarán los documentos. Tendrán que pasar al menos seis meses antes de que nos digan algo”.
Mientras tanto, dice que el posible nombramiento de un santo de Estonia sería muy importante para todo el país, no sólo para los católicos.
MARGE-MARIE PAAS
Portavoz, Iglesia católica de Estonia
“Realmente necesitamos a alguien que nos cuide, un intercesor que esté cerca de Dios. Él comparte nuestro destino, nuestra memoria, nuestra memoria cultural. Es muy importante y me alegra decir que ya hay muchos que rezan pidiendo su intercesión”.
El Papa se detuvo ante la tumba del primer obispo de Tallin cuando estuvo en Estonia. Fue un momento especial para el país. Ahora sueñan con que sea también un paso decisivo para tener su primer santo.