Han pasado 19 años desde que Juan Pablo II canonizó a Santa Faustina Kowalska y decidió que el primer domingo después de Pascua se celebrara en toda la Iglesia la fiesta de la Divina Misericordia.
Según Santa Faustina, Jesús le pidió que promoviera esta celebración. En este día especial, concede especiales indulgencias a quienes se confiesan y reciben la Comunión.
Por eso, cada año en torno a esta fecha miles de personas visitan los santuarios dedicados a la Divina Misericordia en todo el mundo. Como este de EE.UU. en Stockbridge, Massachusetts.
P. ANTHONY GRAMLICH
Rector, Santuario Nacional de la Divina Misericordia
“La Cuaresma propone acercarse a Dios meditando la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Culmina durante el tiempo de Pascua con el Domingo de la Divina Misericordia. Allí se experimenta el amor y la misericordia de Dios”.
Este sacerdote se ocupa del Santuario Nacional de la Divina Misericordia en EE.UU.. Dice que lo visitan personas en busca de la misericordia de Dios. Aquí la experimentan con la confesión, la comunión y las obras de misericordia.
Este santuario comenzó a construirse en 1950 y se inauguró 10 años después. Lo impulsaron muchas personas a las que estaba ayudando el mensaje de la Divina Misericordia.
Lo dirige la Congregación de Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción, que desde 1941 promueve el mensaje de la Divina Misericordia.
P. KAZ CHWALEK
Congregación de Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción
“La misericordia de Dios es muy importante. Nuestra imagen de Dios es muy importante para el mundo de hoy, tan secularizado. Las personas están perdiendo la conciencia de Dios y de su presencia. Están perdiendo la imagen de Dios como uno que nos ama y tiene misericordia de nosotros”.
El sacerdote Anthony Gramlich recuerda cómo este mensaje cambió la vida de una persona que había abortado y que participó en un retiro espiritual. Dice que esa misma transformación la experimentan todo tipo de personas.
P. ANTHONY GRAMLICH
Rector, Santuario Nacional de la Divina Misericordia
“Han estado lejos de la Iglesia, a veces durante 20, 30, o 40 años. Se sienten abandonados y perdidos”.
“En ese retiro experimentan la misericordia de Dios, especialmente en la confesión, o en la Eucaristía. A menudo regresan a la práctica de los sacramentos. Vuelven reconciliados con Dios, con la Iglesia, consigo mismos. Son personas nuevas”.
Ya tienen todo listo para este fin de semana. Recuerdan que Juan Pablo II consideraba que esta devoción era una tarea especial para su pontificado. De hecho, falleció cuando la Iglesia estaba conmemorando la fiesta de la Divina Misericordia del año 2005.
