Francisco paseó rápidamente con el papamóvil entre los peregrinos bendiciendo a los presentes y saludando con ternura a algunos de ellos.
Probablemente fue la audiencia general más multitudinaria del año. El Papa Francisco habló del perdón. En primer lugar recordó que el punto de partida es: recordar que no hay nadie que no deba dar las gracias por lo que ha recibido.
FRANCISCO
“No existen en la Iglesia 'self made man', hombres que se han hecho a sí mismos. Todos estamos en deuda con Dios y con muchas personas. Y nos olvidamos muchas veces de decir gracias. Somos egoístas”.
El Papa recordó que como Dios perdona a todos, también los hombres deben seguir su ejemplo y perdonar.
FRANCISCO
“Un sacerdote, cuando yo estaba en la otra diócesis, me contó angustiado que fue a dar los últimos sacramentos a una anciana que estaba a punto de morir y la pobre señora no podía hablar. '¿Se arrepiente de sus pecados?' Y la señora dijo: 'Sí'. '¿Perdona a los demás?' Y la señora, a punto de morir, dijo: 'No'. Y el sacerdote quedó angustiado. Si no perdonas, Dios no te perdonará”.
El Papa explicó que Jesús estableció un nuevo orden. Abolió la ley del “ojo por ojo” que no hace más que alimentar la venganza.
FRANCISCO
“Jesús introduce en las relaciones humanas la fuerza del perdón. En la vida no todo se resuelve con la justicia. No. El mal conoce sus venganzas y si no se interrumpe amenaza con difundirse sofocando el mundo entero”.
Francisco concluyó con un consejo: el de saltar la espiral de la venganza amando más de lo que en justicia se debería.