En enero se cumplió un año del fallecimiento del sacerdote Luis María Mendizábal, muy apreciado en el Vaticano y en España, donde predicó cientos de tandas de ejercicios espirituales a miles de personas.
Ha pasado poco tiempo, pero ya se están recibiendo testimonios de cómo ayudó a las personas. Proceden de laicos, religiosas y sacerdotes, que piden que se abra su proceso de beatificación.
Una de las personas encargadas de recopilar el material es el sacerdote Manuel Vargas, que lo conoció personalmente.
MANUEL VARGAS
Vicepostulador, Causa de Beatificación de Luis María Mendizabal
“Muchos ponen de relieve que tenía siempre tiempo para ellos, que ha sido un hombre muy disponible para la dirección espiritual, para la confesión. Y ha sido un hombre al mismo tiempo que conocía la profundidad del corazón de las personas con las que hablaba y con quien daba pues mucho gusto hablar, y un hombre que a todos nos animaba a ser santos”.
El padre Mendizábal dirigió el Apostolado de la Oración en España, y fundó el instituto religioso de la Fraternidad Reparadora. Además, dedicó su vida a difundir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
MANUEL VARGAS
Vicepostulador, Causa de Beatificación de Luis María Mendizabal
“Nos hacía ver que Jesucristo no es algo sino Alguien y que, resucitado, vive para siempre. Que el corazón que dejó de latir en el Calvario, volvió a palpitar tras la Resurrección, y sigue palpitando en la Eucaristía. Y esto mismo que es sorprendente y que todos sabemos, nos ayudaba a experimentarlo y a vivirlo: el amor cercano del Señor”.
La página web oficial sobre el sacerdote, padremendizabal.com, ha recopilado vídeos y artículos para . Muchos se recopilaron en el libro “Los Misterios de la Vida de Cristo”. Éste resume el consejo que Manuel Vargas mejor recuerda de él.
MANUEL VARGAS
Vicepostulador, Causa de Beatificación de Luis María Mendizabal
“Que tratemos de conocer el corazón del Señor que el Evangelio nos muestra. Cómo es Jesucristo, cómo trata a los demás, qué docilidad tiene al Padre, qué alegría manifiesta el Señor en el trato con los apóstoles, y su paciencia, y su dulzura, y su entrega generosa, que descubramos el Corazón del Señor en la lectura de la Palabra de Dios”.
Sin duda, un sacerdote generoso, jesuita, y que como San Ignacio, intentaba que todas las personas que se cruzaban por su camino conocieran mejor a Dios.