Casi uno de cada siete cristianos vive en un país donde sufre persecución, lo que supone que unos 300 millones de cristianos sufren a diario a causa de su fe.
Son números que se corresponden con situaciones cotidianas y que, por desgracia, son desconocidas para el gran público.
Por eso, inciativas como #StandTogether quieren dar voz a estas víctimas que no tienen voz.
ROBERTO FONTOLAN
Responsable proyecto StandTogether
“No hemos querido y no podemos ser cómplices de ese silencio y esa indiferencia. No queremos ser cómplices de ese destino inhumano. Por eso, comenzamos este proyecto”.
Este congreso en Roma, organizado por StandTogether y la embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede, reunió a organizaciones que luchan por una plena libertad religiosa en todo el mundo y socorren a quienes no disfrutan de este derecho. Ayuda a la Iglesia Necesitada lo hace desde 1947.
ALESSANDRO MONTEDURO
Director Ayuda a la Iglesia Necesitada, Italia
“Los cristianos conocen la persecución y desde hace tiempo porque, además de ser una comunidad pacífica, es una comunidad pacificadora. Son puente, diálogo y amortiguador, no solo entre la comunidad cristiana y la musulmana sino que también favorecen el diálogo entre las mismas comunidades musulmanas. Y eso, para quien odia cualquier otra fe, es inaceptable”.
Una pluralidad inaceptable, por ejemplo, para los terroristas de Boko Haram que siguen sembrando el terror en Nigeria. Una de sus víctimas fue esta mujer, Rebeca Bitrus, que hace unos meses contó en Roma su terrible cautiverio a manos de estos extremistas. Durante casi dos años, de 2014 a 2016, fue sometida a torturas, abusos y violaciones.
En esta conferencia se volvió a escuchar su voz. Contó que, por desgracia, la situación en la zona no ha mejorado mucho.
REBECA BITRUS
Víctima de Boko Haram
“Cada día los terroristas vienen a nuestros pueblos, los ataques no han cesado. Cuando llegan matan a muchos cristianos. Todavía ahora siguen cometiendo matanzas”.
Pese a todo, muchos cristianos en países como Nigeria o Pakistán no reniegan de su fe aunque sus vidas o las de sus seres queridos corran peligro. Por eso, iniciativas como esta conferencia en Roma o el proyecto StandTogether se han propuesto como misión que sus historias no caigan en el olvido.
