Hace pocas semanas se firmó en Bangui la fase final de los acuerdos de paz para la República Centroafricana suscritos entre el gobierno y los distintos grupos armados que desde hace 6 años asolan el país en una cruenta guerra.
MONS. JUAN JOSÉ AGUIRRE
Obispo de Bangassou, Rep. Centroafricana
“El gobierno inclusivo ya se ha hecho porque incluso los acuerdos han sido firmados. Muchos de los señores de la guerra firmaron con un garabato porque no saben escribir ni leer. Entonces ahora ya ha nacido un nuevo gobierno donde el primer ministro es uno de los señores de la guerra centroafricano”.
Es la denuncia de monseñor Juan José Aguirre, el obispo comboniano español que desde hace 38 años vive en República Centroafricana. Asegura que se trata de una paz envenenada porque los señores de la guerra que han suscrito los acuerdos de paz están en posición de poder ya que controlan el 80 por ciento del país.
MONS. JUAN JOSÉ AGUIRRE
Obispo de Bangassou, Rep. Centroafricana
“La mayor parte de los señores de la guerra son extranjeros: nigerianos, chadianos, sudaneses y de Darfur. Y ahora estamos como estábamos antes, esperando a ver qué pasa, si los que nos estaban atacando como nos atacaban antes durante 5 años de manera despiadada pisoteando al pueblo centroafricano, pisoteando a mi zona que es Bangassou, van a seguir haciéndolo o no”.
El obispo denuncia que es la codicia la que está detrás de una guerra que se ha intentado presentar al mundo como un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes cuando es, en realidad, el enésimo intento de expoliar África.
MONS. JUAN JOSÉ AGUIRRE
Obispo de Bangassou, Rep. Centroafricana
“Está alimentado para que musulmanes y no musulmanes luchen en Centroáfrica y es una cortina de humo para encubrir el real deseo de estos mercenarios que es entrar en Centroáfrica, ocupar Centroáfrica, coger las minas de oro, de diamantes, de manganeso, de cobalto, de mercurio, y poder enriquecerse con un territorio que es muy vasto y no está habitado, con muchos pastos también”.
En medio de esta situación, la Iglesia es la que siempre está cuando ya ninguna ONG se arriesga a permanecer sobre el terreno. El propio obispo de Bangassou ha tenido que hacer frente a terribles circunstancias, incluso se vio obligado a hacer de escudo humano durante un ataque a una mezquita para salvar la vida de más de 2.000 musulmanes.
MONS. JUAN JOSÉ AGUIRRE
Obispo de Bangassou, Rep. Centroafricana
Cuando lo supimos dos de mis curas y yo nos pusimos la sotana blanca, nos pusimos delante de la mezquita con los brazos abiertos diciendo: “no disparéis”, “no disparéis, la ley de la guerra no os permite disparar contra mujeres y niños. No disparéis””.
Esas personas a las que el obispo Aguirre libró de la muerte, están ahora acogidas por la Iglesia en el seminario de Bangassou.
MONS. JUAN JOSÉ AGUIRRE
Obispo de Bangassou, Rep. Centroafricana
“No tengo miedo. No tengo miedo. He tenido un kalasnikov que me apuntaba a la cabeza. Tantas personas cuando pasaba a su lado me hacían este gesto...” “Necesitamos que recéis por nosotros para que el Espíritu Santo nos dé la fuerza de testimoniar, para que el Espíritu Santo nos dé la fuerza, si es necesario, del martirio, de derramar la sangre por nuestra Iglesia y por el Señor; y necesitamos que recéis para que la violencia desaparezca, para que los violentos se vayan de una vez”.
El obispo visitó Europa invitado por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Monseñor Aguirre explica que en 2018 cinco sacerdotes fueron asesinados en República Centroafricana en masacres cometidas contra el pueblo inerme. Fueron ataques cometidos por milicianos, en su mayoría mercenarios, que están intentando cambiar la fisionomía de África para exprimir su riqueza natural incluso a costa de las vidas de los inocentes.