En abril, Francisco pide a los cristianos que recen por los médicos y el personal humanitario presente en zonas de guerra, porque “arriesgan su propia vida para salvar las vidas de otros”.
El Papa explica que su presencia en las zonas devastadas por los conflictos, es un signo de esperanza.
Francisco reconoce el enorme trabajo de estas personas “sabias, valientes, buenas; que siguendo su vocación trabajan en condiciones extremadamente peligrosas”.
La Red Mundial de Oración del Papa recuerda que actualmente existen “más de 20 conflictos armados en el mundo, de los cuales 7 – según ACNUR – han causado un mayor número de víctimas y desplazados forzados”.