Francisco llegó unos minutos antes de la hora prevista a Marruecos. En el mismo aeropuerto de Rabat, y pese a que el clima no acompañaba, fue recibido con todos los honores por las autoridades del país. Encabezaba la comitiva el rey de Marruecos, Mohamed VI, quien saludó al Papa afectuosamente.
Después Francisco en papamóvil y el rey Mohamed VI en otro vehículo abierto recorrieron juntos unos 10 kilómetros por las calles de Rabat hasta llegar a la torre Hassan, el alminar de la mezquita que lleva el mismo nombre. Cientos de personas desafiaron la lluvia para recibir al Papa por las calles de la ciudad.
Al llegar a la torre Hassan la música de la banda de honor recibió a Francisco y al rey. El Papa saludó uno por uno a las autoridades del país.
Después el rey Mohamed VI pronunció un discurso en varios idiomas, también en la lengua materna del Papa.
MOHAMED VI
“En mi calidad de Emir de los creyentes no puedo hablar de la tierra del islam como si en la misma solo vivieran musulmanes. Velo efectivamente... velo y garantizo el libre ejercicio de las religiones del Libro. Protejo a los judíos marroquíes y a los cristianos de otros países que viven en Marruecos”.
Tras las palabras del rey, Francisco dirigió su primer discurso en Marruecos en el que, primero, dio las gracias por tan calurosa acogida.
Quiso destacar la importancia de tender puentes entre las diferentes religiones para construir una sociedad mejor, donde no quepa ninguna forma de extremismo.
FRANCISCO
“Por tanto, para participar en la edificación de una sociedad abierta, plural y solidaria, es esencial desarrollar y asumir constantemente y sin flaquear la cultura del diálogo como el camino a seguir; la colaboración, como conducta; el conocimiento recíproco, como método y criterio. En efecto, es indispensable oponer al fanatismo y al fundamentalismo la solidaridad de todos los creyentes, teniendo como referencias inestimables de nuestro actuar los valores que nos son comunes”.
Francisco aseguró que para que este diálogo interreligioso sea auténtico es necesario fundamentarlo en el respeto mutuo.
FRANCISCO
“Por esa razón, la libertad de conciencia y la libertad religiosa, que no se limita solo a la libertad de culto, sino a permitir que cada uno viva según la propia convicción religiosa, están inseparablemente unidas a la dignidad humana. Con este espíritu, es necesario que pasemos siempre de la simple tolerancia al respeto y a la estima de los demás”.
El Papa también habló de inmigración, consciente de que Marruecos es un país de paso para muchos inmigrantes, especialmente, los de origen subsahariano.
FRANCISCO
“Se trata de un fenómeno que nunca encontrará una solución en la construcción de barreras, en la difusión del miedo al otro o en la negación de asistencia a cuantos aspiran a una legítima mejora para sí mismos y para sus familias”.
Las palabras del Papa dieron paso a una gran ovación mientras Francisco se dirigía al Mausoleo de Mohamed V, quien se considera el fundador del Marruecos moderno.
El Papa se descalzó para entrar en este monumento funerario donde también está enterrado Hassan II, anterior monarca de Marruecos y padre del actual rey. Después de esta ofrenda floral en la tumba, Francisco dejó un mensaje en el libro de honor como recuerdo de esta visita y homenaje en el que desea prosperidad para Marruecos y que siga siendo la casa común de cristianos y musulmanes.