Al terminar la audiencia general el Papa homenajeó públicamente a una religiosa que conoció en República Centroafricana durante su viaje a África en 2016.
“¿Cómo está?”.
Se llama sor Maria Concetta y estaba emocionada. Tiene 85 años y desde hace casi 60 es misionera.
FRANCISCO
“Ella me ha contado que en su vida ha ayudado a nacer a unos 3.000 niños. ¡Qué maravilla! También ese día vino del Congo en canoa, a 85 años, para hacer la compra en Bangui”.
El Papa le dirigió unas afectuosas palabras en público. Dijo que este homenaje que le ofrece a ella es en realidad para todos los misioneros. En octubre la Iglesia celebrará un mes extraordinario dedicado a las misiones.
FRANCISCO
“Querida hermana, en mi nombre y en el de la Iglesia, te ofrezco este homenaje. Es un símbolo de nuestro afecto y de nuestras 'gracias' por todo el trabajo que has hecho entre tus hermanas y hermanos africanos, al servicio de la vida de los niños, de las mamás y de las familias. Vuestro trabajo, queridos misioneros y misioneras, es grande. Vosotros 'quemáis' vuestra vida sembrando la Palabra de Dios con vuestro testimonio. Y en este mundo no sois noticia. No sois noticia en los periódicos”.
El Papa recordó al cardenal Hummes que visita a menudo zonas de misión en la Amazonia.
FRANCISCO
“Va a los cementerios y visita las tumbas de los misioneros. Muchos murieron jóvenes por enfermedades contra las que no tenían anticuerpos. Y me dijo: todos ellos merecen ser canonizados porqué han quemado su vida sirviendo”.
El viaje a República Centroafricana había sido vivamente desaconsejado por motivos de seguridad. El Papa quedó muy impactado por lo que vio allí. En la catedral de Bangui inauguró el Jubileo de la Misericordia.