Raramente se ve entrar y salir del Vaticano a budistas, musulmanes, sijes, judíos o africanos aborígenes. Sin embargo, durante tres días, el Estado más pequeño del mundo acogió un amplio abanico de representantes de distintas religiones y de la Naciones Unidas en el congreso “Religiones y objetivos del desarrollo sostenible”.
Lo organizó el Dicasterio para Servicio del Desarrollo Humano Integral y reunió a más de cien miembros para ver qué pueden hacer las religiones para que sus seguidores ayuden a alcanzar objetivos como acabar con la pobreza, dar educación a todos o asegurar el acceso a medicinas.
BHAI SAHIB MOHINDER SINGH
Grupo Nishkam de Organizaciones Benéficas
“Hemos venido todos los líderes religiosos y civiles aquí. Creo que progresivamente se está reconociendo que la religión tiene algo que ofrecer. Respeto mucho al Papa porque es un Papa de la gente y a veces quiere nadar a contracorriente”.
Esta Conferencia Internacional trata de mostrar cómo las voces religiosas pueden contribuir a la conversación a nivel mundial y de las Naciones Unidas sobre el desarrollo humano y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
CHRISTINA TOBIAS-NAHI
Islamic Relief USA
“Por qué estamos aquí y por qué es importante se resume en el 80% de personas en el mundo que pertenecen a una religión o a alguna creencia. Es importante porque entidades multilaterales como las Naciones Unidas, que deben afrontar los desafíos globales, ignoran la voz de las organizaciones religiosas”.
El Vaticano ha conseguido que por primera vez se hable de los objetivos para el desarrollo también desde una perspectiva religiosa.
SOMBDEJ PHRA ARIYAWONGSAKATAYANA
Budista
“Los líderes religiosos deberían ser honestos y sinceros para trabajar juntos. Tomamos esta oportunidad para trabajar por los pobres y para la paz”.
MONS. BRUNO-MARIE DUFFÉ
Secretario, Dicasterio el Desarrollo Humano Integral
“Era una oportunidad para invitar a representantes de comunidades religiosas para que se conociesen, para desarrollar un sentido del trabajo en común entre religiones y entre los principales personajes políticos, económicos y ecológicos del mundo”.
El 25 de septiembre de 2015, las Naciones Unidas logró que líderes mundiales adoptasen un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible.
Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse antes de 2030. No basta el apoyo de los gobiernos, sino el compromiso de cada persona. Para conseguirlo es vital el apoyo de las religiones.