Francisco se reunió con los miembros de la Pontificia Academia para la Vida, una institución fundada por Juan Pablo II que en este 2019 celebra un cumpleaños muy especial.
“Gracias por este encuentro con la Pontificia Academia para la Vida que cumple este mes 25 años”.
Vincenzo Paglia, presidente de esta Academia, fue el encargado de pronunciar el saludo inicial. Durante su Asamblea Plenaria, los miembros de la institución están reflexionando en torno al tema “Robótica: personas, máquinas y salud”.
Francisco habló en su discurso de los peligros de un desarrollo tecnológico descontrolado.
FRANCISCO
“Por un lado, el desarrollo tecnológico nos ha permitido resolver problemas que eran insuperables hasta hace unos años, y por ello estamos agradecidos a los investigadores que han logrado estos resultados; por otro lado, han surgido dificultades y amenazas, a veces más insidiosas que las anteriores. El “ser capaz de hacer” encierra el riesgo de ocultar el qué se hace y a la persona que lo hace”.
El Papa también lamentó que en muchas ocasiones se primen los avances técnicos a las necesidades de la propia vida humana.
FRANCISCO
“La actual evolución de la capacidad técnica produce una fascinación peligrosa: en lugar de ofrecer a la vida humana los instrumentos que mejoran su cuidado, se corre el riesgo de entregar la vida a que la lógica de los dispositivos decidan su valor”.
Por último, Francisco invitó a estos científicos y estudiosos a buscar unos criterios éticos universales para propiciar que la inteligencia artificial, la robótica y las innovaciones tecnológicas contribuyan al bien de las personas y del planeta y no al contrario.