Cuando Francisco entró en la gran sala de audiencias, estos peregrinos paraguayos le detuvieron para regalarle un poco de chipa, y al Papa pareció gustarle el regalo.
Luego, saludó a muchos bebés, y se detuvo con varios ancianos.
En su catequesis, recordó las claves de su viaje a los Emiratos Árabes, de donde regresó el martes a media tarde.
Dijo que allí rezó para que el diálogo entre el cristianismo y el islam contribuya a la paz en el mundo de hoy. Y recordó el importante documento firmado con el líder espiritual de los musulmanes sunitas.
FRANCISCO
“Hemos firmado el Documento sobre la Fraternidad Humana, en el que juntos afirmamos la vocación común de todos los hombres y mujeres a ser hermanos como hijos e hijas de Dios; condenamos toda forma de violencia, sobre todo la que se presenta con motivos religiosos; y nos comprometemos a difundir en el mundo los valores auténticos y la paz”.
Francisco pidió a los católicos que lean y mediten el documento. Esto ayudará a considerar que cristianos y musulmanes, aunque son diferentes, comparten valores como el respeto a la vida, la familia, el sentido religioso, el respeto de los ancianos y la educación de los jóvenes.
FRANCISCO
“En una época como la nuestra, ante la fuerte tentación de ver un enfrentamiento entre las civilizaciones cristiana e islámica, y de considerar a las religiones como fuentes de conflicto, quisimos dar otra señal, clara y decisiva, de que en cambio, es posible el encuentro, el respeto y el diálogo”.
Al finalizar la audiencia general, el Papa pidió oraciones por las 28 personas que fallecieron este fin de semana durante un naufragio en las Bahamas. Se trataba de una embarcación con emigrantes procedentes de Haití.