Desde marzo de 2015, la violencia y la guerra se han adueñado de Yemen. Más de tres millones de niños han nacido en una zona de guerra permanente desde entonces. Cada día resultan heridos o fallecen cinco menores.
Además de la violencia, la población tiene que afrontar la falta de alimentos, agua y productos para la higiene. El 60% de la población vive en situación de inseguridad alimentaria y 1.8 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición, mientras que 400.000 sufren desnutrición severa.
MANUEL FONTAINE
Director de Operaciones de Emergencia (UNICEF)
“Es importante recalcar que se espera que cerca de 1.4 millones de niños necesitarán tratamiento para malnutrición severa durante 2019”.
Yemen está dividida en dos facciones: la de los rebeldes Houthi, que son leales al ex presidente Ali Abdullah Saleh, y la coalición de las tropas del gobierno de Yemen, apoyada por Arabia Saudita y los Emiratos. La guerra comenzó cuando las tropas atacaron a los rebeldes con la esperanza de que la zona fuera devuelta al presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi, reconocido internacionalmente como líder del país.
En diciembre, se anunció un alto el fuego cerca del puerto clave de Hudaydah hacia el Mar Rojo. La ONU espera no solo que el puerto acepte alimentos y ayuda para los millones de personas que sufren en el país, sino también que inicie un proceso de paz.
Yemen es actualmente la segundo campaña más importante de UNICEF. Solicita 474,6 millones de euros para ayudar a resolver la crisis humanitaria.