Antes de despegar hacia Abu Dabi, el Papa visitó esta casa construida por los dirigentes del aeropuerto de Roma-Fiumicino para acoger provisionalmente a personas sin hogar.
Francisco visitó las instalaciones y se emocionó al saludar a algunas personas que viven allí.
Luego, subió al avión para comenzar su viaje número 27, el noveno a un país musulmán, y el primero a la Península Arábiga.
Durante el vuelo, Francisco se acercó a saludar a los periodistas para intercambiar impresiones.
FRANCISCO
“Será un viaje corto, breve, pero hoy por la mañana me dijeron que llovía en Abu Dabi y que esto allí se considera un signo de bendición. Ojalá sea así el viaje”.
Como regalo, Francisco entregó a los demás pasajeros la foto de un icono con una de las ideas de su pontificado.
FRANCISCO
“Os he traído un icono hecho en el Monasterio de Bose, la copia de ese icono, para que la llevéis a vuestras casas. Es sobre el diálogo entre ancianos y jóvenes, que tanto me importa, y que veo como un desafío de nuestro tiempo”.
Tras cinco horas y medio de vuelo, el avión papal aterrizó en Abu Dhabi, y el príncipe heredero Mohammed bin Zayed Al Nahyan, lo recibió dentro del finger.
“La paz del Señor sea contigo”.
Luego, unos niños lo saludaron en español y algunas autoridades del país le dieron la bienvenida.
También lo saludó el gran imán de la universidad al-Azhar de Egipto, uno de los organizadores de este viaje.
No faltaron los bailes tradicionales, que acompañaron al Papa hasta la salida del aeropuerto, donde se despidieron con más gestos de cordialidad.
“Gracias hermano”.