Los mejores mensajes del Papa en Panamá

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29/01/2019
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En su primer discurso en el país, el Papa pidió a las autoridades que construyan un gobierno justo, honesto y una sociedad en la que todos los jóvenes puedan encontrar un trabajo.

FRANCISCO
“El derecho al futuro también es un derecho humano.”

En su encuentro con los obispos, Francisco les pidió que escuchen a las personas, ya que tienen mucho que aprender de ellas y recordó un caso muy reciente.

FRANCISCO
“La vi ayer y la vi hoy. Una viejita 'así' flacucha, de mi edad o más todavía, con una mitra. Se había puesto una mitra que había hecho con cartón y un cartel que decía: 'Santidad: las abuelas también hacemos lío'. Una maravilla de pueblo”.

Hablaba de esta mujer con quien coincidió varias veces en la JMJ y que lo inspiró a explicar que nadie debe ser excluído, ni las personas mayores.

FRANCISCO
“Con sus gestos y actitudes, con sus miradas, sus deseos y, especialmente, con la sensibilidad que tienen desmienten y desautorizan todos esos discursos que se concentran y empeñan en sembrar división, esos discursos que se empeñan en excluir o expulsar a los que “no son como nosotros”.

En la ceremonia de bienvenida de la JMJ, Francisco quiso mandar un mensaje especial al papa emérito.

FRANCISCO
“Le mandamos un saludo desde acá. Él nos está mirando por la televisión. Un saludo, ¡todos!, con la mano, al Papa Benedicto”.

En uno de los encuentros más emotivos del viaje: visitó un centro de rehabilitación de menores; el centro Las Garzas, donde 167 jóvenes presos, muchos de ellos drogadictos, inician un proceso de reintegración. Francisco les dio un mensaje de esperanza.

FRANCISCO
“Con la vida de la gente parece más fácil poner rótulos y etiquetas que congelan y estigmatizan no solo el pasado sino también el presente y el futuro de las personas. Le ponemos etiquetas a la gente ¿no? 'Este es así, este hizo esto y ya está'. Y tiene que cargar con eso por el resto de sus días. Eso Jesús no lo acepta. Eso es la cultura del adjetivo. Nos encanta adjetivar a la gente, ¡nos encanta!”.

En un Vía Crucis a orillas del Pacífico, ante unas 400.000 personas, el Papa recorrió las heridas de la sociedad y explicó que el conformismo es una droga.

FRANCISCO
“Hemos desviado la mirada, para no ver; nos hemos refugiado en el ruido, para no oír; nos hemos tapado la boca, para no gritar. Siempre la misma tentación. El Via Crucis de tu Hijo se prolonga en jóvenes con rostros fruncidos que perdieron la capacidad de soñar, de crear e inventar el mañana y se “jubilan” con el sinsabor de la resignación y el conformismo, una de las drogas más consumidas en nuestro tiempo”.

En una Vigilia al anochecer con los jóvenes el Papa, les habló con su proprio lenguaje. Les pidió ser los influencers del siglo XXI, tal y como lo fue la Virgen María.

FRANCISCO
“Sin lugar a dudas la joven de Nazaret no salía en las “redes sociales” de la época, ella no era una “influencer”, pero sin quererlo ni buscarlo se volvió la mujer que más influyó en la historia. Y le podemos decir, con confianza de hijos, María, la “influencer” de Dios”.

En la Misa de clausura el Papa invitó a los jóvenes a encontrar algo que les enamore y llene sus vidas.

FRANCISCO
“Ustedes, queridos jóvenes, no son el futuro...Nos gusta decir: “ustedes son el futuro”. No, son el presente. Non son el futuro de Dios. Ustedes jóvenes son el ahora de Dios. Él los convoca y los llama en sus comunidades”.

En otro de los encuentros más emotivos del viaje, visitó un centro para personas con VIH. Francisco explicó que Jesús no excluye a nadie. 

FRANCISCO
“Estar aquí es tocar el rostro silencioso y maternal de la Iglesia que es capaz de profetizar y crear hogar, crear comunidad. El rostro de la Iglesia que normalmente no se ve y pasa desapercibido, pero es signo de la concreta misericordia y ternura de Dios”.

En su encuentro de despedida con los voluntarios de la JMJ en un estadio, el Papa les encomendó la misión de “armar un lío constructivo”. Les dio las gracias por su desinteresado servicio y su compromiso.

FRANCISCO
“Compromiso, eso los hace crecer. Eso los agiganta. Como estén, pero compromiso. Dar lo mejor de sí para hacer posible el milagro de la multiplicación, no solo de los panes sino de la esperanza. Y ustedes, dando lo mejor de sí, comprometiéndose, hacen el milagro de la multiplicación de la esperanza. Necesitamos multiplicar la esperanza. Gracias por todo eso”.

En el avión de regreso a Roma el Papa resumió lo que le había parecido su estancia en Panamá.

FRANCISCO
“El termómetro de si un viaje llena las expectativas es el cansancio. Y estoy refiltrado”. “En Panamá he percibido un nuevo sentimiento.

Conozco América Latina, pero Panamá, no. Y me ha venido a la cabeza esta palabra: Panamá es una nación noble. He encontrado nobleza”.

Sin duda, un viaje agotador, pero un viaje que ha dejado mensajes y titulares importantes que Panamá y los panameños y peregrinos de todo el mundo guardarán por siempre en su memoria.

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