Decenas de miles de jóvenes de todo el mundo llenaron de entusiasmo y alegría el Campo San Juan Pablo II de Panamá para vivir junto al Papa la tradicional vigilia de oración de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Francisco recorrió en papamóvil el recinto saludando y bendiciendo a los jóvenes peregrinos.
La fiesta comenzó con varios testimonios impactantes como el de una joven palestina, el de una madre a la que recomendaron abortar a su hija con sidrome de Down o el de un joven que cayó en el mundo de las drogas.
El Papa habló a los jóvenes en su propio lenguaje. Explicó cómo es la vida que propone Cristo.
FRANCISCO
“Esa vida no es una salvación colgada “en la nube” esperando ser descargada, ni una “aplicación” nueva a descubrir o un ejercicio mental fruto de técnicas de autosuperación. Tampoco un “tutorial” con el que aprender la última novedad”.
Francisco les aseguró que Dios espera su “sí”, tal y como hizo la Virgen María, la auténtica protagonista de una gran historia de amor.
FRANCISCO
“Sin lugar a dudas la joven de Nazaret no salía en las “redes sociales” de la época, ella no era una “influencer”, pero sin quererlo ni buscarlo se volvió la mujer que más influenció en la historia. Y le podemos decir, con confianza de hijos, María, la “influencer” de Dios”.
El Papa explicó que decir “sí” también significa abrazar la vida como viene, con su fragilidad y hasta con sus contradicciones. Por eso, lanzó a los peregrinos estas dos preguntas.
FRANCISCO
“¿Acaso alguien por ser discapacitado o frágil no es digno de amor? Les pregunto: una persona discapacitada, una persona frágil, ¿es digna de amor?
“Sí”.
“No se oye bien”.
“Sí”.
“Entendieron. Otra pregunta, a ver cómo responden: alguien por ser extranjero, por haberse equivocado, por estar enfermo o en una prisión, ¿es digno de amor?”
“Sí”.
Francisco insistió en la importancia de dar oportunidades a los jóvenes y también de hacerles sentir que existen y son importantes. Por eso, invitó a no abandonarlos y a mirarlos con los ojos de Dios.
FRANCISCO
“Lo sabemos bien, no basta estar todo el día conectado para sentirse reconocido o amado. Sentirse considerado e invitado a algo es más grande que estar “en la red”. Significa encontrar espacios en el que puedan con sus manos, con su corazón y con su cabeza sentirse parte de una comunidad más grande que los necesita y que también ustedes, jóvenes, necesitan”.
El Papa pidió a estos jóvenes que sean los auténticos “influencers” del SXXI, “influencers al estilo de María”.
A continuación llegó el momento de la adoración del Santísimo. La custodia que contuvo el cuerpo de Cristo no era ni de oro ni de plata. Se elaboró con balas fundidas que un escultor colombiano sacó de circulación.
Los jóvenes del Campo San Juan Pablo II se recogieron en profunda oración durante unos minutos. El silencio terminó con este rezo frente a la Virgen de Fátima y esta conmovedora versión del Avemaría.