La ONG cristiana Open Doors vuelve a advertir con su informe del aumento de la persecución contra los cristianos a nivel mundial. Certifica que unos 245 millones de cristianos en todo el mundo sufren algún tipo de persecución. O dicho de otra forma, 1 de cada 9 cristianos son perseguidos a causa de su fe. De los 150 países examinados, Open Doors registra 73 con un nivel de persecución alta, muy alta o extrema. Si hace 5 años se hablaba solo de persecución extrema en Corea del Norte, ahora a la lista se añaden otros 10 países más.
De nuevo, es el país del dictador Kim Jong-un el primero en la lista. Se desconoce cuántos cristianos pueden estar prisioneros en los campos de reeducación. Solo el hecho de poseer una Biblia puede significar la muerte o la cárcel, no solo para quien la posea, sino incluso para 3 generaciones de una misma familia.
En Afganistán abandonar el islam se ve como una traición castigada hasta con la muerte. Los cristianos están obligados a practicar su fe en secreto. Incluso si una persona es sospechosa de relacionarse con alguien de otra religión, puede ser condenada a muerte.
Somalia es el tercer país de este pódium de la intolerancia. La Iglesia está prácticamente desaparecida en un país donde hace décadas que reina el caos. Socialmente se identifica ser somalí con ser musulmán con lo que los escasos cristianos que permanecen en el país viven en la absoluta clandestinidad. La milicia yihadista Al Shabaab mata a cualquiera sospechoso de haber abandonado el islam.
En una Libia rota por la guerra muchos conversos del islam son perseguidos incluso por su propia familia. Es imposible identificarse como cristiano. Miles de subsaharianos que atraviesan el país para llegar a Europa caen en redes de tráfico de seres humanos. Si son cristianos, su suerte puede llegar a ser incluso más terrible, siendo víctimas de horribles torturas y violaciones.
El último de los 5 países donde peor se trata a los cristianos es Pakistán. Allí la ley antiblasfemia constituye un peligro para los cristianos que pueden ser condenados a muerte. Un ejemplo es la agonía de Asia Bibi resuelta finalmente con su liberación tras 8 largos años de un encarcelamiento inhumano. Los cristianos son además considerados ciudadanos de segunda y, por ello, despreciados.
En países como Irak, el año pasado en el número 10 de este ránking y este año en el 13, la situación ha mejorado levemente para los cristianos tras la desaparición del Estado Islámico. Sin embargo, preocupa la vuelta a la lista de otros países como Marruecos donde Open Doors certifica que la situación para los cristianos ha empeorado.