Tras haber trabajado como becaria en la revista “Verily” donde descubrió los entresijos del mundo de la moda, la visión de Lizzy Rich sobre la ropa cambió. Se dio cuenta del abismo que hay entre la industria y la propuesta católica. Y no se trata de mal gusto, sino de ética.
La instagramer cambió sus hábitos de compra y decidió compartirlo en su blog. Da trucos para comprar en tiendas de segunda mano, customizar ropa y elegir comercios que abogan por una moda ética. Lizzy dice que esta elección ha reducido sus opciones de compra, pero que su creatividad se ha disparado.
LIZZY RICH
Defensora de Moda Ética
“La moda ética es interesante. La mayoría piensa que las tiendas éticas son solo tiendas en las que uno se fija más de dónde proviene la prenda o si quien la ha realizado está bien remunerado, pero hay mucho más. La moda ética empieza en los campos donde se cultiva el algodón. ¿Usan pesticidas? ¿Afecta el modo de vivir de las personas que viven cerca de estos campos? También hay que pensar en cómo envían las empresas la ropa a sus clientes”.
Según el último informe del McKinsey Global Institute, tres de cada cinco prendas acaban en los vertederos el mismo año en el que se compran. Desde el año 2000, la cantidad de ropa fabricada se ha duplicado, haciendo que esta industria alcance un valor de más de dos trillones de euros.
El consumismo, explica, no concuerda tampoco con la propuesta católica.
LIZZY RICH
Defensora de Moda Ética
“Uno de los cuatro pilares de la Doctrina social de la Iglesia es mantener la dignidad humana en todas las cosas que hacemos. Observando el modo en el que la moda rápida afecta nuestro mundo hoy en día, podemos ver que esa dignidad humana brilla por su ausencia”.
La industria de la moda también juega con los miedos e inseguridades de los consumidores haciéndoles creer que siempre están por detrás de las últimas tendencias.
Sin embargo, la preocupación más grande de Lizzy es que los católios se impliquen para solucionar este problema.
LIZZY RICH
Defensora de Moda Ética
“No veo mucho interés o preocupación entre los católicos sobre este problema”. “Creo que se debería actuar más en este asunto y hacerlo de manera conjunta”.
Lizzy explica que pasarse al lado ético de la moda ha sido todo un reto, ya que implica limitar el número de prendas y de compras. Sin embargo, es un paso que está decidida a tomar para lograr un cambio en el futuro de la moda.