Un año más la Capilla Sixtina recibirá a unos invitados muy especiales. Son los recién nacidos que Francisco bautizará bajo los frescos de Miguel Ángel.
Como es tradicional, acudirán unos veinte niñas y niños, hijos de los trabajadores del Vaticano.
Lo curioso es que es una de las ceremonias más ruidosas del año. Francisco sabe que, tratándose de bebés, es complicado que la misa discurra con tranquilidad.
FRANCISCO
“Si comienzan a hacer el concierto porque están incómodos, tienen demasiado calor, no están a gusto o tienen hambre... Si tienen hambre, dadles de mamar, sin miedo, dadles de comer porque también esto es un lenguaje de amor”.
El Papa suele pronunciar una homilía breve ya que los pequeños llevan muchas horas fuera de casa y están cansados.
Estos bautizos son una de las ceremonias más entrañables de cuantas se celebran entre los muros vaticanos. Muy especial, en primer lugar, para las familias, pero también para los propios niños que, aunque no lo vayan a recordar, podrán presumir de tener una fecha de bautizo inolvidable.