Esta fue la reacción de los 32 refugiados a bordo del Sea Watch 3 cuando por fin pisaron tierra firme tras 19 días en alta mar.
“Tenemos puerto seguro, vamos a entrar”.
Aunque viajaron en el mismo barco, proceden de 10 países distintos. Algunos llegan a Europa tras vivir experiencias traumáticas como la esclavitud en Libia o la guerra de Siria y Sudán del Sur.
ASHWEEL ABDALLAH
Refugiado de Sudán del Sur
“Dejé mi país, Sudán del Sur, en busca de una vida mejor. Fui a Libia porque creía que encontraría algo mejor”. “Hay dos motivos por los que huí de Libia y probé suerte en el Mediterráneo: primero porque la vida en Libia es muy difícil, y segundo, porque allí muere gente todos los días. Te secuestran, te encierran en una habitación, te torturan, te maltratan y allí pueden acabar con tu vida”.
IBRAHIM MALIK
Refugiado de Sudán
“Me fui de Sudán a Egipto y después a Libia. Allí me robaron el pasaporte y me metieron en la cárcel durante un año porque no tenía dinero. Me llevaron a Tripoli, en Libia, y me esclavizaron durante cuatro meses. Logré escaparme, pero me encontraron de nuevo. Pasé varios meses en Misurata, donde me golpearon los pies hasta que estaban casi sangrando. Las tres personas que iban conmigo murieron, tuve que enterrarlos bajo la vigilancia de los policías. Estoy feliz de estar aquí”.
Hay muchos voluntarios y trabajadores que dedican sus vidas a devolver la dignidad y salud mental a refugiados como Ibrahim. Además, les ofrecen un lugar seguro en tierra firme.
Sin embargo, los voluntarios del Sea Watch creen que si los políticos continúan cerrando los puertos, no podrán salvar a más personas en el futuro.
KIM HEATON-HEATHER,
Contramaestre de SeaWatch3
“Están haciendo imposibles los rescates y además están limitando la efectividad de búsqueda de embarcaciones que están a la deriva en el Mediterráneo”.
ROB JENKINS
RHIB conductor
“Estas personas están obsesionadas con su propia seguridad”.
Italia y Malta rechazaron aceptar a inmigrantes. Algunos a bordo incluso intentaron llegar nadando a tierra.
BRENDAN
Voluntario
“A mi espalda, podrán ver Malta. Así de cerca estamos”.
Al final, fue Malta quien les dio acceso al puerto a pesar de habérselo negado durante tres semanas.
Algunos países europeos juegan con la idea de acoger a inmigrantes “solo si los demás lo hacen también”. Es cuestión de tiempo que llegue otro barco a las costas del Mediterráneo y ahí será cuando se descubrirá qué países están realmente dispuestos a darles la bienvenida.