El año que se cierra comenzó con un intenso viaje del Papa a Chile y Perú, que incluyó la Misa más numerosa del Papa en América.
Entre las mejores imágenes del año no pueden faltar los gestos inolvidables del Papa durante sus “Viernes de la Misericordia”; las grandes ceremonias en la basílica de San Pedro; su encuentro con miles de familias en Irlanda o su visita a la celda en la que encerraron a varios obispos en los Países Bálticos.
Un año en el que por primera vez el Papa se ha conmovido en público, cuando agradeció la visita de obispos chinos al Vaticano, evocando la unidad de los sucesores de los apóstoles con el sucesor de Pedro.