Esta fue una de las primeras ceremonias del año: el bautizo de 34 niños en la Capilla Sixtina. El Papa recordó a los padres que son los primeros transmisores de la fe y que lo deben hacer con el dialecto de la familia y el lenguaje del amor.
En enero Francisco hizo uno de los viajes más importantes de 2018. Estuvo en Chile y Perú.
Su primer gran discurso fue ante las autoridades políticas de Chile. Allí pidió perdón por los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes en el país.
FRANCISCO
“Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”.
En Chile también visitó una cárcel de mujeres. Fue un encuentro conmovedor en el que dijo que la dignidad es intocable.
FRANCISCO
“Ser privado de libertad no es lo mismo que estar privado de dignidad. No, no es lo mismo. La dignidad no se toca, a nadie, se cuida”.
La anécdota del viaje ocurrió dentro del avión, donde celebró la boda de esta pareja de asistentes de vuelo.
“¡Que se besen, que se besen los novios!”.
En Chile el Papa salió en defensa del entonces obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de haber encubierto abusos. Esta frase le costaría muchos disgustos a Francisco.
FRANCISCO
“El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia. ¿Está claro?”.
El momento más simbólico de su viaje al Perú fue la visita a Puerto Maldonado, en la Amazonia. Allí se reunió con pueblos indígenas.
FRANCISCO
“Es necesario alzar la voz a la presión que organismos internacionales hacen sobre ciertos países para que promuevan políticas de reproducción esterilizantes. Estas se ceban de una manera más incisiva en las poblaciones aborígenes. Sabemos que se sigue promoviendo en ellas la esterilización de las mujeres, en ocasiones con desconocimiento de ellas misma”.
Francisco se despidió de Perú con una de sus misas más multitudinarias en una base aérea cercana a Lima.
Luego, en el vuelo de regreso a Roma, matizó sus palabras sobre el obispo chileno Juan Barros, pidió disculpas a las víctimas de abusos y solicitó más datos sobre las acusaciones.
FRANCISCO
“Eso es lo que quise decir. No tengo evidencias para condenar. Y ahí, si yo condenara sin evidencias, o sin certeza moral, cometería yo un delito de mal juez”. “Lo mejor, el que cree que es así, aportar las evidencias rápido. Si creen que es así honestamente”.
Fue el inicio del final de una historia que aún tardaría muchos meses en resolverse a lo largo del año.