El Papa recordó las penas y alegrías de 2018 ante los responsables de la Curia.
En el tradicional encuentro anual en el que se felicitan la Navidad Francisco dijo que la “la barca de la Iglesia” ha sido embestida por “tempestades y huracanes”.
Citó dos males que le preocupan especialmente: Los abusos sexuales y graves infidelidades de personas de la Iglesia. Francisco pidió con energía que se denuncien los casos de abuso sexual a la justicia.
FRANCISCO
“Aunque se tratase de un solo caso de abuso, que representa ya de por sí una monstruosidad, la Iglesia pide no callar y llevarlo objetivamente a la luz, para que el escándalo más grande en este tema es esconder la verdad”. Está claro que, ante estas abominaciones, la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes. La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso'.
En febrero habrá una cumbre sobre abusos en la que participarán presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo.
Francisco dijo que esa reunión será una ocasión más para continuar un camino de “purificación” de la Iglesia.
Por otro lado el Papa habló sobre su otra gran preocupación: la infidelidad de quienes “traicionan su vocación, su juramento, su misión, su consagración a Dios y a la Iglesia”. Advirtió que el camino de la traición en ocasiones está lleno de buenas intenciones.
FRANCISCO
“Tenemos el deber de combatir toda corrupción espiritual, que es peor que la caída de un pecador, porque se trata de una ceguera cómoda y autosuficiente donde al final todo parece lícito”.
Sobre las grandes alegrías el Papa recordó el Sínodo de los jóvenes y los pasos grandes y pequeños que se están dando en la reforma de la Curia. También a los beatos y santos canonizados este año, y mencionó especialmente a los mártires de Argelia. Aunque lo que más destacó fue la santidad silenciosa de tantos cristianos que viven sin espectáculo mejorando el mundo que les rodea.
FRANCISCO
“Personas olvidadas por los medios de comunicación sin los cuales reinaría la oscuridad. Personas que trabajan con paciencia por amor a Cristo y su Evangelio, a favor de los pobres. También hay santos en la Curia”.
Al terminar el encuentro el Papa dijo a los cardenales y responsables de la Curia presentes que les daría un libro de espiritualidad como regalo de Navidad para ayudarles a reformar sus corazones y la Iglesia.