El Papa Francisco tuvo un encuentro con los trabajadores del Vaticano y sus familias en el Aula Pablo VI.
Se detuvo en particular a saludar a esta familia cuyo hijo estaba vestido como Santa Claus. También recibió algunos regalos como estos dibujos hechos por estos niños.
Comenzó su intervención preguntando qué capacidad es la que tienen en común todos los santos.
FRANCISCO
“Esta es una característica de la santidad: conservar la capacidad de asombrarse, de maravillarse ante los dones de Dios, ante sus sorpresas, y el don más grande, la sorpresa siempre nueva es Jesús”.
Reflexionando sobre sus seis años de Papa dijo que él también ha visto esta capacidad en personas que trabajan en el Vaticano.
FRANCISCO
“Normalmente son personas que no aparecen mucho, sencillas, modestas, pero que hacen mucho bien en el trabajo y en las relaciones con los demás. Y son personas alegres, no porque siempre ríen, no, sino porque llevan dentro una gran serenidad y la saben transmitir a los demás”.
El Papa añadió que a pesar de las presiones del trabajo es más importante prestar atención a la dignidad de los demás.
FRANCISCO
“Naturalmente trabajar siempre tiene una parte de cansado, es normal. Pero si cada uno reflexiona un poco sobre la santidad de Jesús, basta poco, un pequeño rayo, una sonrisa, tener un detalle, ser amables, un pedir perdón, y entonces todo el ambiente del trabajo se hace más 'respirable'. ¿No es cierto? Se enflaquece ese clima pesado que a veces a nosotros hombres y mujeres creamos con nuestras prepotencias”.
Concluyó invitando a todos los presentes a no tener miedo a dejar que la alegría de Cristo entre en sus vidas a pesar de todos sus defectos personales.