El presidente de Eslovaquia, Andrej Kiska, saludó calurosamente al Papa, eso sí, en eslovaco.
“Santidad, le traigo los saludos de todo el pueblo eslovaco, especialmente de los creyentes”.
FRANCISCO
“Esta es la segunda vez que nos reunimos”.
El Papa bromeó con él mientras los fotógrafos hacían su trabajo.
FRANCISCO
“Ahora, el foto-protocolo”.
Como regalo por la visita, el presidente le dio cuatro adornos navideños hechos por personas socialmente desfavorecidas.
“Escribieron sus intenciones de oración, para usted, Santidad”.
Dos de los adornos están hechos por familias con niños discapacitados y por estudiantes de una escuela primaria en Eslovaquia.
Otro fue realizado por niños de un hogar de acogida y el cuarto fue diseñado por personas sin hogar.
El presidente le mostró las fotos de cuando fue personalmente a recoger estos regalos.
El Papa le regaló una escultura de una rama de olivo como símbolo de paz.
FRANCISCO
“Pensé entregarle este objeto sencillo. Lo ha hecho un artista. Es un símbolo de la paz”. “Y también el Mensaje de Paz de este año. Lo firmé para usted hoy”.
El Papa también le regaló una copia de sus cuatro obras más importantes. Y como respuesta, llegó la invitación a Francisco a visitar su país.
“Esto traería una inmensa alegría a nuestro país y a nuestra gente”.
“En principio acepto la invitación... Veremos cuándo podré ir”.
Antes de que se marchara, el Papa le pidió un último favor.
FRANCISCO
“Presidente, debo pedirle un favor. ¿Puede llevar esto a su padre, de mi parte? Y esto, de todo corazón, ¿puede llevárselo al arzobispo Bezák?'.
“Gracias, Santidad, de todo corazón. Le deseo felices fiestas. Rezaremos por usted. Todos rezaremos por usted”.
Y así se despidieron, también deseándose una Feliz Navidad.