Francisco salió del Vaticano para introducirse en la ciudad de Roma y homenajear a la majestuosa imagen de la Inmaculada Concepción que está en Piazza Spagna.
Una multitud esperaba al Papa en la plaza. La ceremonia comenzó de inmediato, tras saludar a su vicario en Roma, el cardenal Angelo De Donatis y a la representante de la ciudad de Roma, la alcaldesa Virginia Raggi.
El pueblo de Roma acoge con entusiasmo al Papa cada vez que pasa por sus calles y Francisco no fue menos. Dirigió a la Virgen peticiones muy concretas dirigidas a ellos, especialmente por las familias.
FRANCISCO
“Tú sabes, Madre, qué quiere decir llevar dentro la vida y sentir alrededor la indiferencia, el rechazo, a veces el desprecio. Por esto te pido que estés cerca de las familias que hoy en Roma, en Italia, en todo el mundo, viven situaciones parecidas, para que no sean abandonadas a su suerte”.
El Papa pidió por los gobernantes y sacerdotes de Roma, por los seminaristas venidos de todo el mundo que estudian en la Ciudad Eterna y por los religiosos.
Al terminar, como suele hacer siempre, saludó uno por uno a los enfermos que, emocionados, lo esperaban en primera fila.