Como las otras tres veces que se han reunido, el encuentro entre Francisco y Mahmud Abás, presidente de Palestina, transcurrió en un clima muy cordial.
Afrontaron cuestiones espinosas de índole internacional: hablaron del proceso de reconciliación del pueblo palestino, de la paz con Israel y, sobre todo, del estatus de Jerusalén.
El comunicado del Vaticano recordó que la Santa Sede siempre ha defendido que se preserve su identidad de Ciudad Santa para judíos, cristianos y musulmanes.
Esta situación cambió hace justo un año cuando EE.UU anunció que trasladaría allí su embajada ante Israel.
Francisco regaló a Abás este medallón de San Pedro y su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, antes de una sentida despedida.