En su homilía en Casa Santa Marta el Papa advirtió contra el peligro de olvidar el profundo sentido de la Navidad.
FRANCISCO
“Sí, la fiesta... nosotros siempre corremos el peligro, tendremos siempre en nosotros la tentación de 'mundanizar' la Navidad, 'mundanizarla'... cuando la fiesta deja de ser contemplación, una hermosa fiesta de familia con Jesús en el centro, y comienza a ser una fiesta 'mundana': ir de compras, regalos, esto y lo otro... y el Señor se queda allí, olvidado”.
Francisco dijo que el período de Adviento es un período que sirve para purificar el corazón y prepararlo para un encuentro personal con Dios.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
“Ha nacido el Señor, ha nacido el Redentor que ha venido a salvarnos. Sí, la fiesta… nosotros siempre corremos peligro, tendremos siempre en nosotros la tentación de mundanizar la Navidad, mundanizarla… cuando la fiesta deja de ser contemplación – una bella fiesta de familia con Jesús en el centro – y comienza a ser fiesta mundana: hacer las compras, los regalos y esto y aquello… y el Señor permanece allí, olvidado. También en nuestra vida: sí, ha nacido, en Belén, pero… Y el Adviento es para purificar la memoria de aquel tiempo pasado, de aquella dimensión.
Porque aquel Señor que ha venido, ¡volverá! Y volverá para preguntarnos: “¿Cómo fue tu vida?”. Será un encuentro personal. Nosotros, el encuentro personal con el Señor, hoy, lo tendremos en la Eucaristía y no podemos tener un encuentro así, personal, con la Navidad de hace dos mil años: tenemos la memoria de aquello. Pero cuando Él vuelva, tendremos aquel encuentro personal. Es purificar la esperanza.
Y la tercera dimensión es más cotidiana: purificar la vigilancia. Vigilancia y oración son dos palabras para el Adviento; porque el Señor que se ha encarnado en la Historia en Belén; vendrá, al final del mundo y también al final de la vida de cada uno de nosotros. Pero viene cada día, en cada momento, en nuestro corazón, con la inspiración del Espíritu Santo”.