La catequesis semanal del Papa estuvo marcada por esta entrañable escena.
Así, en pocos segundos, la vida de esta familia ha quedado ligada al pontificado de Francisco. Lidia, la madre del niño, nos cuenta que su hijo se llama Wenzel y que tiene autismo.
LIDIA WERLE
Madre de Wenzel
“Fue... por un lado muy emocionante pero por el otro me sentí... Verlo escapar así, porque él es así, automático. Parte y basta. Es un niño con autismo no verbal y cuando subí y le dije al Papa que somos argentinos y que el niño tiene autismo no verbal y lo quise agarrar al niño para bajarlo y el Papa me dice que no, que lo deje”...
“Dejálo, si quiere jugar acá dejálo”.
“Es argentino. Indisciplinado”.
Wenzel tiene 6 años y es el mayor de tres hermanos. Los otros dos son Wilmer y Walkiria, la pequeña, que fue enviada por su madre para intentar traerlo de vuelta... sin éxito.
Al principio, la noticia del autismo de Wenzel fue difícil de asumir para toda la familia.
LIDIA WERLE
Madre de Wenzel
“Te cambia al 100% la vida porque no tienes una vida normal como todos los demás. Es así nuestra vida. El día a día es una sorpresa, no sabemos lo que va a pasar. Al inicio fue muy difícil. A mí me costó mucho aceptarlo Parecía sordo, que no nos escuchaba. Él nunca estuvo conmigo, no quería venir en brazos”.
“¿Y qué es lo que él ha aportado a la familia?”.
“Prácticamente nos está uniendo aún más como familia... Paciencia, paciencia, paciencia y tanto amor”.
ARIEL WIRTH
Padre de Wenzel
“Nos hace resurgir como personas porque, en esta sociedad de la prisa, nos olvidamos que la vida tiene otro ritmo”.
Lidia y Ariel, como tantas otras familias en la misma situación, buscaron ayuda y la encontraron en esta asociación: “Ants”, hormigas. Allí aprendieron que toda persona con autismo, en realidad, tiene un don que está por descubrir y evolucionar.
FEDERICA COSTA
Presidente Asociación Ants
“Los padres que tienen un hijo autista deben aprender primero a conocerlo bien, a entender las fortalezas de su hijo, que como todas las personas tienen fortalezas a partir de las cuales ayudarles”.
Se calcula que uno de cada 160 niños tiene autismo. Quienes lo padecen tienen dificultad para relacionarse e identificar sus emociones, pero eso no significa que no las tengan.
Sin duda, la historia de Wenzel con el Papa en el Vaticano ayudará a sensibilizar sobre cómo ayudar a estas personas.